Dos velas iluminan,
mientras me desvistes,
tímido procuras,
con mirada profunda,
encontrar suave blancura,
de mi piel virgen e inmadura.
Es esta noche, la más oscura,
estrellada, sin luna alguna,
que nos abraza, que nos oculta,
que nos rodea,
cómplice muda.
El calor de tus manos,
adormece mis cabellos,
que por vez primera,
se encrespan de aquí hasta el cielo.
Es este nuestro encuentro,
reunidos cuerpo a cuerpo,
descubriendo un mundo entero,
un mundo mutuo,
en Dios perfecto.
Es fecundo, es completo,
rebalsando amor etéreo,
amor de nuestros besos,
nunca antes descubierto.
Amor de niños,
enriqueció el cariño,
amor de adultos,
alimentó caminos,
amor de amantes
enloquecidos,
nunca antes ambos vivimos,
es nuestro lazo,
amor primero,
velas se apagan,
inunda el sueño.
Camila Galdames S.
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