Vi en tus humildes ojos,
el dolor de su partida,
a quién no volverías,
a encontrarte día a día.
Tu rostro joven,
de piel tersa y ojos resplandecientes,
llevan la sangre de aquel cuerpo,
que yace en paz, sereno, ausente.
La madre de tu madre,
dejó vacío en tu aire,
ya no está, y bien lo sabes,
es una herida penetrante.
Brotarán amplios tus sollozos,
amarga presión sobre tu pecho,
grandes llantos en tu lecho,
te librarán de este penar.
En tu alma celestial,
hay tiempo nuevo para avanzar,
la vida acaba para algunos,
y en ti recién comienza a andar.
Luego vendrán bellos recuerdos,
miles de cuentos que contar,
relatar las mil historias,
que junto a ella pudiste formar.
el dolor de su partida,
a quién no volverías,
a encontrarte día a día.
Tu rostro joven,
de piel tersa y ojos resplandecientes,
llevan la sangre de aquel cuerpo,
que yace en paz, sereno, ausente.
La madre de tu madre,
dejó vacío en tu aire,
ya no está, y bien lo sabes,
es una herida penetrante.
Brotarán amplios tus sollozos,
amarga presión sobre tu pecho,
grandes llantos en tu lecho,
te librarán de este penar.
En tu alma celestial,
hay tiempo nuevo para avanzar,
la vida acaba para algunos,
y en ti recién comienza a andar.
Luego vendrán bellos recuerdos,
miles de cuentos que contar,
relatar las mil historias,
que junto a ella pudiste formar.
Camila Galdames S.
3 comentarios:
Definitivamente mi favorito.
Gracias Camy, creo que todos quienes lean este poema comprenderán el sentido que tiene, más solo quienes me conozcan comprenderán a quien se refiere, nuevamente muchas gracias :)
Jaimeken
Bella poesía y que bella forma de plasmar un momento tan profundo que hemos vivido. ¡Grande ahijada!
Saludos
Rudix
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