Gritaré que te amo hasta que me oigas,
en un grito alegre, entre carcajadas,
que me dejen liberar esta tensión de amar.
Tensión agazapada,
cubierta de frenesí,
que desprende la energía
de mi ser juvenil.
Gritaré, reiré, cantaré,
correré por los senderos de mi vida,
con ojos abiertos observando,
con ojos cerrados,
expandiendo mis sentidos más allá de lo sublime
de lo nunca percibido.
Te amo sin agonía,
te amo con locura,
te amo entre el cielo, el mar y la tierra,
querido mío.
Y si esto no es un grito,
un grito de alegría,
de saber que lo que escribo
tiene en ti destino y vida.
Entonces lo que digo,
tan intenso amado mío,
rompe al grito, rompe al grito,
el que trascendiendo en su eco infinito,
persigue tu trayecto,
sin descanso, sin apuro,
en armonía y constancia,
hasta darte alcance, en el momento idóneo,
donde tu madurez y la mía,
sin ideas indecisas,
sabias, juguetonas,
riendo de la vida,
descubran en un beso,
el amor dulce y sincero,
el amor que hoy es mi grito,
el amor de nuestro anhelo.
Camila Galdames S.
19/11/09