Un día abrí los ojos,
Y supe quien era,
Descubrí mis gustos
Y la felicidad que me da la primavera,
Descubrí mis defectos
Y el letargo que me da el invierno.
Aprendí a reconocer con quien ser feliz,
A no idealizar, a tener paciencia y esperar,
A mirar con inteligencia mi pasado,
A vivir el presente, con alegría y avance pausado,
A no pensar en el futuro, si no como el nacimiento de lo que hoy hago,
A llorar por mis penas y por mis rabias,
Para después saltar el tramo.
A abrazar con fortaleza, al que necesita de mi abrazo,
A escuchar con sutileza, al que expresa sus vivencias,
A opinar cuando es debido, sabiendo que no todos ven lo mismo,
Reconociendo que soy un punto, dentro de un mundo infinito.
Humildad es la palabra, que aparece en mi entorno,
Cuando conozco mi esencia de mujer humana,
Diminuta, frágil, compleja y bajo educación civilizada,
Que a veces tiene razón, y otras veces está equivocada.
Elección de vida, canaliza mis acciones,
Ser profesional para respaldar un estatus social,
Amar a un único hombre, y formar una familia,
Para ser amante y madre, roles que aún me cautivan,
Crecimiento de mi entorno y de los más profundo e íntimo,
Quieren ver mis ojos y sentir mis sentidos,
Soy mujer humana, un punto en un mundo infinito,
Hoy abrí mis ojos
y escribí con mayor certeza
lo que una mujer simple, quiere en su existencia.
Camila Galdames S.