jueves, 31 de julio de 2008

Túnel del final feliz

Es tal la oscuridad de mi corazón,

que la luz se apaga a mi pasar

mis ojos te buscan en el horizonte infinito,

y en cada milla que avanzo,

se hace más infinito

en esta inmensidad,

me pierdo en el delirio,

la esperanza se vuelve ínfima,

el dolor la consume.


Subsistencia de mi alma,

respirando un aire denso,

me suplica despertar,

de este sueño tan inmenso,

y es tu beso el destello,

que libera en mi aposento,

el elixir de la vida junto a ti tesoro bello.

Camila Galdames S.

miércoles, 30 de julio de 2008

Puesta de Sol

Te conocí cuando era una niña,

Atardeceres de mil placeres,

Iba en los brazos de mi padre mecida,

Mientras el sol, tras del mar, se escondía,

Cielos rojizos, nubes espías,

Y mil espejos de agua encandilan,

Tanta, tanta agua papá repetía,

Mira es el mar, mi pequeña Camila,

Un caminito de luz relucía,

División de dos mares,

Apreciaba mi vista.

La Puesta de Sol,

La que hoy me cautiva,

Un besito de amor,

Ya no soy una niña,

El Sol aún se esconde y el agua se agita,

Y sin darme cuenta se va un nuevo día,

Se acaba la puesta, continua la vida

He allí el don mar que enamora y cautiva.


Camila Galdames S.

Niña en Invierno


Corriendo del colegio, con ballerinas de lana,

una niña uniformada, juguetona hacia su casa.

Es invierno, frío intenso, soplan soplan grandes vientos,

chubascotes caen riendo, se deslizan por su pelo.


Ella salta los pozones, que en la tierra son millones,

le salpican goterones, desde el suelo borbotones.


Es el viento quien le sigue, levantado sus faldones,

entre medio de los árboles, bota hojas por montones,

silbando entre cables, tintineando luminarias,

vuela el gorro de la niña, ya no está, la luz se apaga,

es el rayo, es el trueno, la visita inesperada.


Ladran perros, maúllan gatos, y el rugir de un motor mecánico,

inconfundible aquel sonido, de un invierno bien llamado,

olor a leña, diseminado, en torbellinos elevado,

cuentan el trabajo del hacha y de tantas dueñas de casas,

que a la espera del obrero y de niños empapados,

mantienen el fuego viviente, de las casas de este barrio.


Y la niña pronto llega, se retira los zapatos,

es la madre quien la espera, su calor y su reclamo

¡Ay! que niña tan mojada, esta lluvia despiadada,

mientras cruje la morada de madera fabricada.


Los hermanos toman leche, sentaditos a la mesa,

Y la niña muy hambrienta, mira ansiosa su merienda,

tan pequeña y revoltosa, las patitas tan traviesas,

gran paciencia de la madre, que las seca que las seca.


Camila Galdames S.

Espacio para escribir los poemas del alma

La decisión de abrir un blog para compartir mis escritos poéticos no ha sido fácil.
Llevo más de 5 años pensando en hacerlo, el día de hoy ha finalizado ese cuestionamiento, y aquí estoy. Espero que este espacio alimente sus emociones tanto como las mías, son escritos básicamente forjados de mis vivencias infantiles, de mis sueños y amor por las cosas sencillas.

Muchos poemas de amor, escritos en instantes de sentimiento intenso, donde sólo mis pensamientos me acompañan y el entorno se reduce a mi persona, han permitido que yo extraiga las mejores palabras de mis labios.

Anoche leía la Última lección de Randy Pausch, y me maravillé de la claridad de sus pensamientos y la satisfacción de la vida que lo acogió durante sus 47 años nada más.

¿Qué es lo que uno puede entregar en esta vida y legar a la humanidad?
¿Cuántos de tus sueños has hecho realidad?
¿Cuál es tu verdadera felicidad y cuánto has hecho por alcanzarla?

Abre tu corazón y pon atento tu oido mira tu alrededor y siéntete agradecido.